La razón científica de por qué no debes beber agua mientras comes. Lo llevas haciendo mal toda la vida
Hay una razón científica por la que no debes beber agua mientras comes, lo llevas haciendo mal toda la vida
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Hay una razón científica por la que no debes beber agua mientras comes, lo llevas haciendo mal toda la vida. Si tienes problemas de estómago, tus digestiones son pesadas o sufres de algún que otro episodio de reflujo, la ciencia quizás tenga una respuesta. A la hora de comer, hay un factor que destaca, qué beber y cómo bebemos, por lo que es importante hacerlo de la mejor forma posible. Si estas a dieta y cuidas qué y cómo comes, también debes hacer lo mismo con lo que bebes.
Lo llevas haciendo mal toda la vida
Prestamos mucha atención a lo que comemos, pero no hacemos lo mismo con lo que bebemos, sino todo lo contrario. Nos enfrentamos a unos cambios que pueden acabar siendo los que marquen la diferencia y nos ayuden a sentirnos mucho mejor. A la hora de comer bien, hay también que saber beber.
De entre todas las bebidas que podemos consumir, la mejor de todas ellas es el agua. Es un básico que debemos consumir de forma regular durante el día y cuyo consumo nos ayudará a que nuestro cuerpo funcione en perfectas condiciones. Lo necesitamos a la hora de conseguir darle a nuestro cuerpo todo lo que necesitamos, especialmente en épocas de máxima exigencia. A más calor más consumo de agua, tengamos o no sed, es importante ir bebiendo durante el día.
Pero cuidado, hay un momento, en el que quizás debas dejar el agua a parte y te centres en otro elemento. Durante la comida los expertos advierten de que no es bueno beber agua. Quizás lo hemos hecho mal toda la vida, pero ahora podemos remediarlo ya que tenemos una solución a nuestros problemas.
Beber agua mientras comes no es lo más adecuado
El estómago está preparado para recibir a los alimentos, desde la boca, la saliva y los dientes han sido los encargados de crear una bola que acabará siendo digerida en el estómago. Pero cuidado, si le añades agua a esta mezcla, estás impidiendo que los ácidos del estómago hagan correctamente su trabajo.
No podrán ir rompiendo estas encimas que nos traen los alimentos, sino que tendrán que seguir en este viaje que puede ir siguiendo unas normas fundamentales. Es importante conseguir que cada uno de esos pasos siga su recorrido y sea más sencillo que el cuerpo cumpla con sus funciones.
De esta manera conseguiremos que el estómago cumpla con sus funciones y nada nos afecte. El agua diluye los jugos gástricos, en esta lógica aplastante que la ciencia se ha encargado de demostrar. Aunque no todas las personas los producen en las mismas cantidades, al igual que sucede con la saliva.
Uno de los máximos especialistas, la doctora Deborah D. Proctor, miembro de la American Gastroenterological Association, en declaraciones al Washington Post dijo que: “el agua impide el paso de los alimentos al intestino delgado, ralentizando la digestión”. Por lo que si tienes el estómago lleno de agua puede afectar a este proceso.
Lo ideal es comer y después beber, de esta manera dejas que el cuerpo realice a la perfección sus funciones. Algo que debe hacer en una acción tan importante como la comida.
Los expertos, pese a que están muy divididos con esta afirmación, coinciden en que el agua es lo mejor en las comidas y como bebida. Dejando atrás las azucaradas o las alcohólicas que pueden tener efectos en la salud a largo plazo. Bebe después de comer, a ser posible agua y reduce la cantidad de azúcar y alcohol en tu vida.